miércoles, 25 de abril de 2007

Oración por los que luchan contra la pornografía (Con licencia eclesiástica)


Advertencia al lector desprevenido: el texto que Ud. está por leer es absolutamente verídico, y ha sido extraído del imperdible sitio de la "Fundación Vida Humana" (AKA la galería del terror). Ahora sí, a lo que nos acomete:


Oración por los que luchan contra la pornografía (Con licencia eclesiástica)

O Señor Jesucristo, protector de las almas, escucha con misericordia nuestras oraciones implorando tu protección de los que promueven el mal, de las asechanzas del demonio y sus seguidores que buscan enredarnos en la pornografía, la lujuria y el vicio. O Jesús, concédenos lanzarnos con valentía para derrotar a estos enemigos de las almas de los hombres, por medio del poder y la protección de Tu Preciosísima Sangre, ofrecida por nosotros en la Cruz.

Señor Jesús, imploramos la conversión de todos aquellos que se dedican a la gratificación de las debilidades de hombres y mujeres a través de la pornografía. Trae a estos y a todo Tu pueblo a la Casa del Padre en el Cielo.

Virgen Purísima, ruega por tus hijos aquí en la tierra que enfrentan las tentaciones que hombres malvados les presentan.

Santa María Goretti, Modelo de Pureza, ayúdanos a seguir tu ejemplo de perdón a otros y de amor a Dios. Pídele a Dios que triunfemos en nuestra lucha diaria contra las fuerzas del mal de la pornografía y las tentaciones de la carne; y ruega a Dios que les conceda fuerza y sabiduría a aquellos que luchan contra las fuerzas satánicas del mal, para que puedan triunfar por amor a Dios y por la salvación de las almas.

Sacratísimo Corazón de Jesús, protégenos y ten misericordia de nosotros.

Virgen Purísima, ora por nosotros.

Santa María Goretti, ora por nosotros


Piensenlón, eh!!!

martes, 24 de abril de 2007

¡Tiemblen, infieles!

Afiche promocional de la campaña "¡Tiemblen, infieles!"

Cuando cae la noche, y las ovejas descarriadas salen a pecar amparándose en la oscuridad de la noche, una figura desafiante se recorta contra el cielo nocturno.

Montado en su motocicleta, siembra el pavor entre las huestes de Satán. ¡Es Él, es el Purísimo! aúllan los pecadores mientras se sumergen en los oscuros callejones. ¡Es el Inmaculado, el Casto, el... ése que está ahí!.

Pronto, la calle se encuentra desierta de nuevo. Como siempre debiera estarlo a tan altas horas de la noche (son las diez).

Él ha vuelto a cumplir. Mañana, las viejecitas podrán volver a ir a misa y depositar su limosna en paz, sin tener que encontrarse con un punk, un travesti, un hippie, un ateo, o alguna otra porquería de esas que tanto miedo dan a las pobres viejecitas.

Ahora, a relajarse unas horas en su harén de monaguillos prepúberes y esperar. Esperar a que vuelva a caer la noche para volver a ser... Ratzinger Z!.